sábado, 7 de enero de 2012

Real life.

Hoy les voy a contar una historia, sucedió hace mucho tiempo, en la ciudad de Nueva York.
Emily la pequeña niña de 4 años se preparaba para ir a dormir.
-Mami! , grito ella con su dulce vos esperando que por una vez sea su madre la que cruce el umbral de su habitación y no , Lucy su institutriz.
-Querida Emily dijo la amable señora ya con voz de cansancio.- sabes que tu madre no vendrá esta noche.
-Pero la quiero conmigo por lo menos una noche, quiero que ella me lea mi cuento de princesas, Reprocho la nena al borde del llanto
-ai mi Reina, si yo pudiera hacer algo , pero sabes lo ocupados que están tus padres, siempre trabajan, pero recuerda que lo hacen para que tengas el futuro que te mereces el de una verdadera Princesa. Expreso la anciana.
-Si lo se Lucy pero solo decearia que me lea hoy mi cuento de princesas.
Los años pasaron y la pequeña Emily creció, pero nunca al lado de sus padres, los veía 2 o 3 horas en el día, jamas pasaban tiempo juntos, compartían una comida, nada... Y así aprendió que quizás el futuro era mas importante que el ahora.
Ya nuestra amiga tenia 15 años, por supuesto iba a fiestas, salia con las hijas de los empresarios amigos de su padre, y poseía todo lo que quería, estantes estantes y estantes de ropa, cajones repletos de alajas y los últimos modelos de zapatos y carteras.
Pero no era feliz , sentía que su vida era de plástico, de juguete, una gran mentira, se sentía vacía, no tenia sueños porque todo lo que quería lo conseguía.Sus padres pensaban que era la chica mas feliz de toda la ciudad pero la verdad no era asi,  Emily se sentía miserable, lo único que quería y realmente anhelaba era un gran amor, esos como los de las películas , el único problema era que eso no se compraba con plata, y ella no tenia idea de como conseguirlo.
Una tarde de lluvia abrumada por las clases que le otorgaba sus profesor tutor, se excuso y salio a dar una vuelta por Central Park , ya allí se sentó en un banco debajo de un árbol para protegerse de la lluvia y observo como un papa enseñaba a su pequeña hija a andar en bicicleta.Sin darse cuenta se le cayeron algunas lagrimas pensando en todo lo que ella se había perdido con su padre y se puso peor cuando se dio cuenta de que nunca lo iba a poder recuperar.
-Oye, te estas mojando! grito un chico que estaba de paso por el parque
Estaba tan compenetrada en sus pensamientos que le tomo unos instantes darse cuenta de que se dirigían a ella.
-Mmm lo siento no te escuche, estaba pensando en... asuntos familiares.Dijo con un poco de duda
-Oh perdón por interrumpirte.Dijo el joven un poco avergonzado -Soy Nate.
-Emily. dijo ella estirando su mano.
-Como veo que no tienes paraguas, te molestaría si te invito a dar una vuelta debajo del mio?, Dijo el
-Me encantaría.
Y alli se quedaron caminando por horas hablando de cosas insignificantes.
Allí fue cuando Emily comenzó a creer que los cuentos que le contaban de chiquita quizas se podían volver realidad.

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